Después de tenerlo comprado desde hace meses, por fin me he decidido a empezar mi cuaderno de art journal, o cuaderno de experimentos creativos y espontáneos.
El fin de este cuaderno no es el resultado sino el proceso creativo en sí. Empiezo a crear sin saber dónde voy a acabar, cuál va a ser el siguiente material a utilizar o qué colores utilizaré. Es divertido, espontáneo, rápido ( a veces no tanto como a mi me gustaría, por lo de los tiempos de secado), y sobre todo me deja con la mente relajada, mi pequeña válvula de escape. No pienso, mis manos se mueven según lo primero que pasa por la mente, según veo un color o lo siento o cada vez que me acuerdo de algún material que tengo guardado en un cajón.
En fin no me enrollo, aquí está mi primer art journal.